Nosotros, otra vez.

¿Mi parte favorita de todo? No la tengo. Pues me sería imposible elegir entre un parque de juegos o un momento en tus hombros.

¿Borrar algo? No lo haré. Dejaré todo tal cuál; por lo que fue, por lo que sentí y por lo que sucedió. 
Y lo dejo así; por si en algún futuro, alguna curiosa de tu parte o algún curioso de la mía, deciden explorar nuestros pasados, se pongan celosos. Pues te apuesto, que no se volverá a saber de una historia así.

¿Agregarle algo? Por supuesto. Tiempo, en su mayoría, en exceso, en magnitud. Pues fue lo que más nos hizo falta, lo que necesitábamos, y lo que; en su día, tratamos de aprovechar.
También pondría confianza; en ti, en mí, en lo que fue. Y por supuesto, discreción; por ti, por mí, y por lo que no pudo ser.

¿Me arrepiento? Jamás. No podría arrepentirme de haberte elegido para pasar contigo ocho horas, cinco días a la semana. Ni mucho menos, de elegirte como compañía en mis momentos de soledad.
Tampoco podría decirme arrepentida por mostrarte mi lado sincero, o por experimentar aquello a lo que antes de ti, tenía miedo.

¿Te quiero? Lo hago. De una manera tan sincera, que asusta. Tan fuerte, que duele. Pero tan real, que cualquiera quisiera estar en tu lugar.

¿Me marcaste? Y en exceso. Pues jamás necesitaste hacerlo físicamente para que el mundo supiera que era tuya. Pero qué importa el mundo; yo lo sabía, y eso debía bastarte. 

¿Me cambiaste? No lo hiciste. En cambio, me hiciste crecer y madurar. Me enseñaste cosas que sola, jamás hubiera aprendido. Y estaré eternamente agradecida por eso.

¿Me dueles? Lo haces. Pues acabaste con cada punto de frialdad e insensibilidad que había dentro de mí. Y en su lugar, colocaste carcajadas interminables y sonrisas imborrables. 

No te has ido, y no espero que lo hagas. Pues resultaste llenar demasiados vacíos, algunos con tonterías; y otros con tu sonrisa. 
Al mismo tiempo, despertaste emociones que no sabía que existían. Me devolviste muchas cosas, me encontraste y me centraste. 

¿Tengo miedo? Demasiado. Pues a decir verdad, no quiero un mundo sin ti. Pero tampoco quiero un infierno contigo.
Quiero volver a creer, a esperar, a querer. Te quiero a ti, sin terceros. Quiero ir despacio sin que aburra, y rápido sin que harte.

Quiero volver a empezar, no desde cero; tú elige el punto de partida. 
Pero ésta vez; procura ir despacio, con cautela, en silencio, sin que duela.




Palabras con café.

Entradas populares

Sei.