Me agradas.

Yo ya estaba igual de loca desde antes que llegaras. Lloraba por todo, reía por nada, y me escurría de los problemas sólo por temor a salir lastimada; me pintaba las uñas color negro, fumaba con la mano derecha, y también discutía cuando algo no se hacía a mi manera. Yo ya estaba perdida desde antes que llegaras, dormía tarde, cancelaba los planes y jamás respondía los mensajes.
No muchas cosas han cambiado, pues sigo siendo igual. Aunque, ahora soy un poco menos insegura, más lista, menos engreída, y quizá, más real.
Algunas cosas cambiaron desde que llegaste, ya no salgo los viernes por la noche, ansío los lunes por la mañana, y detesto los fines de semana. Algunas cosas han cambiado, algunas no tanto, he aprendido a perdonar, a dejar ir, a olvidar. Me has enseñado a seguir, a no rendirme, y a no caer.
Me gusta la nueva versión que has hecho de mí, me gusta poder sentir, creer y vivir.
Me agrada la idea de que estés, me agrada saber que me haces querer, me agrada pensar, que aún sabiendo que hay billones de personas, eliges a las rotas, vacías y perdidas, para pegarlas, llenarlas y encontrarlas.
Me agrada la idea de un ti, en mí; de un tú y yo.

Palabras con café.


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